¡Quien no ha tenido que tomar decisiones! Todos lo hacemos todo el tiempo, sólo que algunas de ellas son más complejas, especialmente aquellas que están asociadas a un cambio trascendente que deseamos realizar.

Esas decisiones pueden versar sobre cuestiones, personales, profesionales, de relaciones, laborales, entendiendo que los grandes saltos o cambios requieren decisiones trascendentes.
Generalmente el análisis que se hace es racional, es decir nos enfocamos en darle vueltas al asunto desde diferentes ópticas, siendo probable que, en ese intento, nos enredemos aún más dilatando incluso la decisión hasta el punto de no tomar ninguna y mantenernos en la misma situación.

Si bien hacer un análisis mental de la cuestión es importante, lo es aún más hacerlo desde otro lugar, el emocional y espiritual.

Centrarnos en que emociones sentimos al momento de pensar en las diferentes alternativas, prestar atención a lo que nos dice nuestra sabiduría interna, nuestra intuición, son aspectos que muchas veces ignoramos, dejamos del lado o incluso descalificamos.

A medida que trabajamos en nuestro autoconocimiento y desarrollo personal, podemos ir integrando distintos aspectos de nosotros mismos que antes desconocíamos, entendiendo que saber escucharnos e interpretar las señales de nuestras emociones y de nuestro cuerpo, nos permite acceder a información valiosa para la totalidad de la vida.

Todo cambio requiere tomar decisiones y eso implica una verdadera transformación. Para lograr un verdadero bienestar debemos ser coherentes, entre lo que pensamos, lo que sentimos y las acciones que tomamos en consecuencia.

¿Escuchas tu voz interior o la silencias con tus pensamientos?

.

VOLVER AL LISTADO