Me gustaría que por un momento te pongas a pensar en que te dispara esta pregunta. Por mi parte, puedo decirte que la asocio con elecciones, con elegir un camino y descartar otros, con elegir apostar por algo e ir a por ello.

En esa elección muchas veces nos encontramos en la disyuntiva de dejar ciertas cosas, ciertas situaciones o determinado estatus quo nos mantiene en una posición. Puede tratarse de elegir cambiar de trabajo, de profesión, de posición en la empresa, de ciudad y la lista ´puede seguir.

Esta posición puede que parezca a primera vista, extrema, es decir, elegir entre blanco o negro, todo o nada, lo bueno y lo malo, aunque lo cierto es que vivimos en un mundo polarizado y la verdadera maestría reside en encontrar el punto medio.

Ese nuevo estado, consiste en poder integrar la idea de que para elegir hay que renunciar, porque esta idea puede ser vista de tantas formas como personas existen, ya que cada persona observa la realidad desde su mundo, su historia, sus experiencias, sus creencias. Tal tarea requiere un aprendizaje y ese nuevo recorrido no es igual para todos.

Saber movernos, ser flexibles y adaptarnos al entorno, a las circunstancias, por más adversas que se nos presenten y seguir en base a nuestras elecciones.

Lo más importante es saber a dónde deseas llegar, cuál es tu objetivo y si el mismo tiene como sustento un propósito de vida, el éxito sin lugar a duda está asegurado.

Es probable que muchos abandonen ese camino y escojan volver a su estado anterior, por miedo, por comodidad, por inseguridad o falta de certeza, pero principalmente por falta de fe o confianza.

Lo que decidas, depende exclusivamente de vos y hacerte responsable de esa elección marcará un antes y un después en tu vida.

Saber renunciar es saber elegir entre aquello que verdaderamente deseas Ser y hacer, dejando   ir todo lo que no encaja contigo. No dejes pasar la oportunidad de escoger un nuevo destino.

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